Basílica de Santo Domingo
La Capilla de las Bóvedas
La Capilla de las Bóvedas, llamada también de los Milagros, es el comienzo para conocer la figura de Santa Catalina.
En este espacio sobrealzado respecto al resto de la iglesia, donde se reunían en oración las terciarias dominicas, Catalina vivió gran parte de su extraordinaria experiencia mística.
Es en esta capilla que, muy joven, vistió el hábito religioso de la Tercera Orden de Santo Domingo, decidida a consagrar toda su vida a Dios. Aquí, la Santa en oración tuvo frecuentes éxtasis, durante los cuales se apoyaba en el pilar octagonal situado en el lado abierto de la capilla. De las continuas conversaciones con Jesus ocurridas en este mismo lugar y transcritas por sus discípulos, nació su obra doctrinal más importante, el libro Dialoghi della Divina Provvidenza.
Entrando en la capilla, a la izquierda, se observa la pintura que representa Santa Catalina y una devota del pintor Andrea Vanni. Se trata de un fresco colocado inicialmente en la pared contigua, desprendido y colocado en su actual posición en 1667. La importancia de esta pintura está en el hecho que se realizó cuando Catalina estaba viva: es su “vera imago”, es decir un auténtico y verdadero retrato de sus facciones. Además, el pintor Andrea Vanni fue un fiel discípulo de la Santa, al que le dirigió algunas cartas de su Epistolario. El pintor quiso expresar en esta obra la devoción que . . .