Basílica de Santo Domingo
Las Obras Maestras en la Basílica
Además de las obras con sujeto cataliniano, la basílica hospeda también muchas pinturas, algunas de las cuales son verdaderas obras maestras de la pintura senesa. A lo largo de la pared derecha de la nave, poco antes del crucero, se nota un maravilloso retablo que representa en la parte central el Nacimiento de Jesús (1495-1500). Esta obra está atribuida a Francesco di Giorgio Martini pero fue realizada en parte por Bernardino Fungai y por un pintor casi desconocido llamado Lodovico Scotti. Abajo, en primer plano, apoyado a un hallazgo de marmol, está el Niño recién nacido con la mirada hacia el espectador; cerca de él se encuentra la Virgen y San José en adoración y a sus espaldas, respectivamente, dos pastores y dos ángeles. La construcción de la escena hace del pequeño Jesús el fulcro hacia el cual convergen las directrices diagonales a lo largo de las cuales se encuentran las figuras. El Niño desnudo, humildemente apoyado en el suelo, es la manifestación del Verbo de Dios hacia los hombres, es la luz del mundo que surge desde la noche del paganismo. No es casual la presencia en el esfondo de un majestuoso arco antiguo en ruinas decorado con clípeos decorados con historias que representan a dos personajes romanos como Quinto Curcio y Mucio Escevola. El arco es tan grande que no es simplemente un elemento del paisaje sino el símbolo del mundo antiguo . . .