Iglesia de San Nicolás al Carmen
Regla de Vida
Al principio los ermitaños del monte Carmelo conducían una vida contemplativa dedicándose a la oración y a la búsqueda ascética de Dios, pero una vez llegados a Europa y convirtiéndose en frailes mendicantes (como los Dominicos y los Franciscanos), después de un período de adaptación, empezaron a trabajar dentro de la comunidad cristiana, en los suburbios cerca de la ciudad. Viviendo entre la gente, sus principales actividades se convirtieron en la confesión, la evangelización, es decir la presentación de las verdades del Evangelio y la predicación a los fieles. El pueblo de Dios llegaba en gran cantidad a las maravillosas prédicas de los Carmelitanos a través de las cuales los frailes podían transmitir la belleza del Evangelio y de la Palabra de Jesús en una manera simple e inmediata. En los lugares retirados del monasterio, al contrario, los Carmelitanos habian siempre vivido una existencia contemplativa, conservando activas las prescripciones originarias de la Regla carmelitana, escrita por San Alberto en 1210. Esta regla dice que, también hoy, durante el día, el fraile tiene que buscar la soledad, la meditación de la Palabra, la oración, el diálogo y la corrección fraterna. Los Carmelitanos practican la ”ascesi” corporea (moderación en las comidas, prohibición de la carne algunos días, castidad) y espiritual (lucha espiritual, trabajo, . . .