El debate entre los Dominicos y los Agustinos a propósito del hábito, nació alrededor  del 1256, año de la Grande Unión. Algunos frailes Agustinos, como los Boniti y los Brettinesi, vestian una saya y escapulario blancos (vestidos claustrales) usados también afuera de los monasterios propio como los frailes predicadores. Por eso el Papa Alejandro IV, para evitar que las dos órdenes  fueran confundidas, escribió una bolla, la Meminimus nos del 1259 y prohibió a los Agustinos de portar hábitos similares a los de los Dominicos. Sin embargo, a pesar de esta prohibición no obtuvo ningún resultado en la manera de vestir de los agustinos.
De esta manera a finales del siglo XVI y al inicio del siglo XVII aumentaron mucho las protestas de los Dominicos contra el uso del hábito blanco de los Agustinos hasta cuando el Papa Clemente VII en 1597 se pronunció a favor de los primeros. Pero la oposición de los Agustinos condujo al Papa a tomar una decisión definitiva en 1603:  las dos órdenes podian utilizar la veste blanca para el interior. Para el exterior  y las funciones solemnes, la veste negra.