La Iglesia de San Agustín

El cinturón: un dono de la Vírgen

Según una antigua leyenda, Mónica quedando viuda, habló con la Vírgen para pedirle consejo de cómo se tendría que vestir después de la muerte de su esposo y de su hijo. La Vírgen  se le apareció con un hábito negro y modesto, cerrado en los flancos con un largo cinturón de cuero. María le donó su cinturón recomendándole de llevarlo siempre y de exhortar a hacer lo mismo a todos  aquellos que quisieran tener su protección.
Desde aquel día, Mónica, su hijo Agustín y todos los que siguieron su regla iniciaron a vestirse  de esta manera.