La Basílica de San Francisco
Virgen con el Niño
En la iglesia de San Francisco se encuentran muchas obras pictóricas que realizadas en épocas distintas, atestiguan la profunda relación de la Orden de los frailes menores con María y evidencian el desarrollo de la iconografía mariana en el tiempo. La representación más antigua de la Virgen, es un fresco trasladado de las paredes del monasterio a la capilla Martinozzi en el brazo derecho del cruzero. Esta obra fue realizada por el artista senés Lippo Vanni en la segunda mitad del siglo XIV y reproduce en pintura la estructura de un políptico: en el centro se situa la Virgen con el Niño acompañada por cuatro santos; arriba se encuentra Cristo que bendice y los cuatro Padres de la Iglesia mientras que en la predela, se encuentra Cristo piadoso sostenido por la Virgen y San Juan y a los lados, figuras de profetas. La Virgen sostiene al Niño que la abraza con cariño y juega con el velo de la Madre. Esta manera de representar a la Virgen, llamada “Eleousa”, cariñosa, es una de las más antiguas y difundidas en la Edad Media. El artista evidencia la humanidad de los dos personajes: Jesús representado como un niño vivaz que mira hacia el espectador; la Virgen con los labios cerrados y la mirada melancólica, consciente del dramático destino de su Hijo.
Pero no siempre la Virgen y el Niño están representados en esta manera así espontánea. A veces los . . .