A lo largo de las paredes de la nave, una serie de estructuras metálicas nos recuerdan los altares barrocos que, realizados después del incendio del 1655, tenian pinturas que fueron pagadas por las más importantes familias senesas. A finales del siglo XIX el arquitecto senés Giuseppe Partini restauró la iglesia reportándola integralmente al aspecto gótico y destruyó los altares. Las obras de pintura de los siglos XVII y XVIII no respondían al gusto del tiempo y habían sido llevadas hacia la Galeria de las Bellas Artes y luego a los depósitos de la “Soprintendenza” donde permanecieron hasta  1996 cuando algunas de ellas fueron colocadas nuevamente en la iglesia.Estas pinturas fueron realizadas en la época de la Reforma Católica, momento en el cual, la iglesia propuso con fuerza mayor respecto al pasado, la presencia de Imágenes de  Santos en los sitios de culto, para contraponer las críticas realizadas por la Reforma Protestante hacia su veneración.