La Basilica de San Bernardino a la Observancia
La Devoción a Nombre de Jesús
Su predicación empezó a tener un gran éxito en Milán ya alrededor de 1418 cuando se empezó a difundir el culto de la tavoleta con un sol pintado que cierra el trigrama “J.H.S.”, Jesus Hominum Salvator (Jesús Salvador de los Hombres). La devoción del nombre de Jesús propuesta por San Bernardino provocó al mismo tiempo grande entusiasmo y fuertes contrariedades. El fervor de su fe y su habilidad oratoria, juntos con la ostentación del trigrama, movilizaron a muchos fieles, también por el uso inédito en ámbito devocional, del alfabeto en lugar de las imágenes: las comúnmente llamadas “letras de los sencillos”. Fueron muchos los que acusaron a Bernardino de alimentar supersticiones, puesto que la tavoleta fue interpretada por mucha gente como un amuleto, cuyas letras eran como una fórmula mágica. La acusación más grave fue la de incitar a los fieles hacia la idolatría de la tavoleta. Esta acusa llegó al Papa Martín V (1426) que lo disculpó, aconsejándole un uso más prudente del trigrama. Siguió la absolución del predicador en el Concilio de Basilea durante el cual el Papa Eugenio IV con la bolla Sedis apostolicae del 7 enero de 1432 liberó definitivamente a Bernardino de cada acusa y le lodó por sus virtudes y por los grandes servicios hechos a la Iglesia con su apostolado. Ya desde el 1425 un gran disco con el trigrama había sido colocado en . . .