GIUSEPPE MARIA COLLIGNON (1778 - ?)
1825
La primera pintura en la pared de izquierda de la iglesia representa la trasverberación de Santa Teresa de Avila, una entre las más conocidas santas carmelitanas que en su autobiografía cuenta la visión estática más impresionante de su vida:
“Quiso el Señor que viese aquí algunas veces esta visión: veía un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo, en forma corporal [26](26), lo que no suelo ver sino por maravilla; aunque muchas veces se me representan ángeles, es sin verlos, sino como la visión pasada que dije primero [27](27). En esta visión quiso el Señor le viese así: no era grande, sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido que parecía de los ángeles muy subidos que parecen todos se abrasan. Deben (de) ser los que llaman querubines [28](28), que los nombres no me los dicen; mas bien veo que en el cielo hay tanta diferencia de unos ángeles a otros y de otros a otros, que no lo sabría decir. Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas. Al sacarle, me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. (Teresa, Vitd, cap. XXIX, par. 13)
Consciente de los enormes sufrimientos de la transfixión, Teresa mira a la Sagrada Familia para buscar una ayuda y asume una expresión de dolor pero también de beatitud. La mirada de participación de la Santa durante la trasverberación es por lo tanto la señal de la profunda unión con Cristo ya que ella quiere compartir las penas sufridas por Jesús durante su Pasión.
El espectador siente fuertemente el éxtasis de la Santa gracias a la fuerza arrastrante de la representación mística, concitada, turbulenta que es como un puente capaz de llevar al fiel hacia Dios para que siga una vida virtuosa.
Con los brazos abiertos como para acoger la visión, se reconoce a San Juan de la Cruz, el primer Carmelitano que sostuvo la Reforma propuesta por Santa Teresa y fundador del Orden de los Carmelitanos Descalzos (1568).