Autor desconocido
Santa Teresa Margarita del Corazón de Jesús entró en el monasterio de las carmelitanas descalzas de Santa María de los Angeles de Florencia en 1766. En este retrato la Santa lleva delicatamente entre los dedos de la mano izquierda una rama con flores de lis abiertas , símbolo de su candor virginal; en la mano derecha lleva una pequeña cruz de madera, signo de su profunda devoción a Cristo al cual siempre se dirigía en sus oraciones y al cual entregó su corazón.
Esta pintura está colocada en la Capilla del Santísimo Sacramento propio porqué para Santa Teresa Margarita el amor hacia la eucaristía fue siempre muy importante:
“en el momento de la ofrenda, renovo mi profesión: antes que se leve el santísimo ruego a Nuestro Señor que, como transforma el pan y el vino en su preciosismo Cuerpo y Sangre, así pueda transformar a toda mi misma en sí mismo. Levantándose le adoro y renovo otra vez mi profesión y luego le pido lo que deseo por él”.
Escrupolosa en el respecto de la Regla, esta santa dedicó mucho tiempo a la oración mental, también a la oración nocturna. Fue una asidua lectora de las obras de Santa Teresa de Avila y de su invitación a dejar espacio a Dios con el silencio interior. El amor para Dios se concretizó en el trabajo de ayudante enfermera que hizo con extraordinaria abnegación en su monasterio. La corta existencia de esta monja, sin acontecimientos particulares es hoy un ejemplo de la Iglesia universal.