La Basilica de San Bernardino a la Observancia
Obras de Andrea de la Robbia
Además de los redondos con San Bonaventura y San Lodovico, la Basílica de la Osservanza custodia otras dos maravillosas obras maestras de Andrea de la Robbia (1435-1525), exponente de la conocida familia de escultores especializados en la producción de obras en terracota vidriada, una técnica inventada por Luca de la Robbia hacia el 1440. Esta técnica, consiste en introducir un esmalte vidriado en la superficie de terracota, que dona a las obras resistencia contra los agentes atmosféricos y brillantez de colores, regalando plasticidad a las figuras blancas en el fondo azul.
Un ejemplo maravilloso es la escultura que representa la Incoronación de la Vírgen y Santos, conservada en la segunda capilla de izquierda; realizada en el penúltimo decenio del siglo XV desafortunadamente destruída, así como los redondos, durante un bombardeo en la Segunda Guerra Mundial y posteriormente reconstruida gracias a una meticulosa restauración. En la parte central de la escultura, están sentados Jesucristo y la Vírgen, ella inclinando la cabeza para recibir la corona por parte de su Hijo: de esta manera María, humilde sierva, es partícipe de la Gloria de su Hijo y elevada hacia los ángeles donde reina gloriosa e intercede por todos los hombres. Entre las dos figuras, se encuentra la paloma del Espíritu Santo y en todo alrededor se notan querubines y preciosos ángelitos que están tocando la trompeta como símbolo de felicidad.
Abajo, algunos Santos están mirando el acontecimiento: a la izquierda, San Jerónimo en hábito de eremita penitente y San Antonio de Padua otro grande franciscano con un corazón resplandeciente, símbolo del amor divino del cual era lleno.
A la derecha, se encuentra San Francisco de Asís, el fundador de la Orden franciscana, con la mano apoyada en la cabeza de una mujer en rodillas que se puede identificar como Inés Ugurgieri, probable mandante de la obra. Ella está representada con las manos unidas para rezar y la mirada concentrada en la contemplación de la Vírgen y de su Hijo pareciendo indicar cual debería ser la postura de cada fiel hacia la divinidad. A sus espaldas se encuentra una Santa que presenta como único atributo iconográfico la palma del martirio de la cúal se puede reconocer a Santa Inés, Santa epónima de la mandante de la obra. Abajo en la predela, se encuentran tres pequeñas escenas que representan la Anunciación, la Asunción de la Vírgen y el Nacimiento de Jesús, espaciadas por pequeños pilares con decoraciones vegetales de gusto clásico y blasones de la famiglia Ugurgieri.
Otra obra maestra de Andrea de la Robbia son las dos estatuas del Angel anunciante y de la Vírgen anunciada, que se encuentran al interior de los nichos escavados en el Arco del Triunfo del presbiterio que originalmente estaban a los lados del altar mayor. Esto se debe a que el misterio de la encarnación, se perpetua propio en el altar a través de la celebración de la Santa Misa, en la cual se consagran el pan y el vino como Cuerpo y Sangre de Cristo. Esto hace posible el nacimiento y el desarrollo de Cristo en cada cristiano.