La Colegiata de Santa María en Provenzano

Los primeros Milagros

El primer milagro de la Virgen comenzó con una ‘desgracia’: en el  periodo en el cual  Siena estaba bajo la dominación española un soldado borracho descerrajó, desde una ventana, un golpe de arcabuz contra la imagen sagrada. Sólo la cara y la cabeza se salvaron mientras se estropeó totalmente la parte de abajo donde probablemente se hallaba la figura de Cristo apoyado sobre las rodillas de la  Madre según la postura típica de la  Piedad. El arcabuz le explotó delante y el soldado  murió enseguida.
Después de ésto fueron señaladas otras gracias como la que sucedió a Stefano de Agnolo, dicho el  Sarteano, que había alquilado la casita de  Caterina Scala cuando ella, quedando viuda se fué a Roma. La Virgen apareció al Sarteano muchas veces y cuando enevjeciendo se quedó ciego, Ello le concedió de nuevo la vista.
También Pietro Vernale y su mujer Maddalena recuperaron la salud estando ambos gravemente enfermos. Ninguno creía a los hechos comentados a parte de las rameras del barrio que empezaron a venerar la imagen encendiendo faroles y trayendo flores. Entre los incrédulos había una prostituta de nombre Giulia de Orazio que la noche del primero de julio reía y ofendía a los que decoraban la imagen para la fiesta del barrio del día siguiente. Arrepentida, rezó a la Virgen para que la curase de un mal que no se podía curar y el 2 de julio, fiesta de la Visitación, encontrándose sanada, exhortó a todos para que rezaran.
Los milagros continuaron y la gente visitaba la casa que el pueblo llamaba “Casa de los milagros”. Llegaba gente de la campiña y hasta de las regiones cercanas. 
Con inesperada rapidez, ya que las autoridades religiosas habían pedido un tiempo de reflexión para el reconocimiento de los milagros, el  13 de enero del 1595 llegó a Siena el  decreto del papa Clemente VIII que autorizaba el culto en la ciudad. Un mes después la  Casa de los Milagros fué consagrada y fueron costruidos dos altares esperando a que llegara el momento de la costrucción del verdadero santuario dedicado a la Virgen.