La Catedral de Santa Maria del Asuncion

Piso

El piso de mármol de la Catedral es una obra extraordinaria y única; ninguna otra iglesia de la Cristianidad puede tener una creación artística comparable a ésta por la complejidad del conjunto y por la calidad de la ejecución. Según la visión medieval, que cada grande iglesia era un lugar para entrar en la sabiduría, en la Catedral de Siena se hizo incluso en la parte destinada para caminar, un “recorrido a imágenes”  que empieza en los tiempos anteriores al Cristianismo y lleva al fiel hasta la Revelación.
A pesar de que hubiese sido empezado en la segunda mitad del siglo XIII y acabado dos siglos después, el piso muestra un proyecto muy uniforme y orgánico. Participaron en su realización, algunos entre los mayores artistas seneses o foráneos que trabajaban en Siena: Domenico de Niccolò dei Cori, Domenico de Bartolo, Matteo de Giovanni, Neroccio de Bartolomeo, el Pinturicchio, Domenico Beccafumi. Estos artístas hicieron los dibujos preparatorios de las cincuenta y seis marqueterías  que luego fueron realizados por los maestros lapídeos con la técnica de la losa de mármol y del tarseado. El piso está constántemente sujeto a desgaste por esto ha sido restaurado o reparado muchas veces en algunas partes y para conservarlo lo más posible han tomado la decisión de cubrirlo gran parte del año y descubrirlo sólo a finales de agosto y de  octubre.

La primera parte del recorrido, que incluye el espacio entre las naves, empieza con el recuadro que representa a Hermes Trismegisto, el grande filósofo que trae a los Egipcios el libro sapiencial. La Sabiduría misma está a la base de la Revelación y da orígen a las profecías cristológicas de las Sibilas representadas en las marqueterías de las naves laterales. Según los Padres de la Iglesia, estas profetizas habían preanunciado los dogmas fundamentales de la religión cristiana:la Anunciación, la Pasión, la Resurrección y el Juicio Final. Cristo es entonces la realización de la verdad que los paganos habían intuído.
El largo recorrido  por la nave central sigue con unas marqueterías que indican como el camino hacia la sabiduría se hace a través del desprecio de las fortunas terrenas. Esto por ejemplo se nota en la cuarta escena, ideada por el Pinturicchio, en la cual unos sabios recorren un sendero en subida, lleno de insidias y quieren llegar hasta la  cima donde en la serenidad de una meseta cubierta de matas florecidas, está sentada una figura femenina que simboliza la Sabiduría.

De la antiguedad clásica y pagana de las naves, llegamos  a la representación de la historia bíblica del crucero con los acontecimientos del pueblo  hebráico contadas en el Antiguo Testamento como primera revelación de Dios.
En el progresivo avanzar hacia el altar se llega a la evocación de las figuras que más adelantaron a Cristo. Por eso en el grande hexágono central debajo de la cúpula se encuentran las historias de Elías, el profeta del Dios viviente, salido al cielo en un carro de fuego anticipando la ascensión de Jesús; este episodio remite también a la ascensión de la Vírgen representada en el centro del vitral absidial. La escena siguiente representa a Moisés, profeta y jefe del pueblo hebraico, que recibe las tablas de la ley por Dios: Jesús es el nuevo profeta que proclama la ley de la nueva alianza y lleva al pueblo de Dios hacia la libertad verdadera y definitiva. Acercándose hacia el altar encontramos a la figura de David, Rey de Israel, sacerdote, salmista y figura mesiánica por excelencia tanto que a Cristo le llamaban también “hijo de David”.
El amplio dibujo temático del piso termina con la escena del sacrificio de Isaac que se encuentra enfrente al altar donde se repropone en continuación el sacrificio de Cristo en la cruz. La marquetería, extraordinaria obra maestra de Domenico Beccafumi, representa el episodio bíblico de Dios que pide una prueba de la obediencia de Abraham y le manda sacrificar en el altar a su hijo Isaac. Mientras Abrahám está por cumplir el sacrificio, un angel del Señor se le acerca para detenerlo.
El camino hacia la salvación que se realiza en las distintas épocas de la historia humana, lleva entonces a Cristo: constántemente evocado y nunca representado en el piso. El esta presente en el altar de manera fundamental y al cual se dirije el entero recorrido.