El altar es el centro del edificio del culto, signo visible de Cristo, piedra angular en la cual Dios edifica la comunidad cristiana.
En el altar original de la Catedral se encontraba desde el año 1311 la grande Majestad de Duccio de Buoninsegna y el que se encuentra actualmente fué realizado en 1532 por Baldassarre Peruzzi. De todas formas la grande tabla de Duccio había ya sido desplazada en 1506 por voluntad del “Magnífico” Pandolfo Petrucci, Señor de Siena, que quizo colocar en su lugar el monumental tabernáculo de bronce realizado por el Vecchietta entre los años 1467 y 1472 para la iglesia del Hospital de Santa María de la Scala, en cuanto era obra más apreciada con el gusto de la época. Esta obra estaba en sintonía con otras iglesias que pusieron tabernáculos en los altares mayores y que después serán confirmados oficialmente por el Concilio de Trento (1545-1563): la intención era la de evidenciar la presencia real del Cuerpo de Cristo en el Santísimo Sacramento, es decir en la hostia consagrada, conservada al interior del tabernáculo; siendo “demora” de Cristo se debía resaltar mejor y es por eso que tenía que ubicarse en el altar mayor, centro litúrgico de la iglesia donde se renueva en continuación el sacrificio del Señor en la Cruz.
La imponente estructura proyectada por el Peruzzi constituirá el modelo para otras realizaciones similares en el territorio senés y estara caracterizada por peldaños sobrepuestos y ornamentados con mármoles mezclados. En el peldaño más alto se encuentra el tabernáculo del Vecchietta, flanqueado por dos parejas de ángeles portacandelabro de bronce modelados por Giovanni di Stefano en el año 1489 y por Francesco di Giorgio Martini en el año 1490. Las otras decoraciones de bronce, cruz y candelabros, son dibujos del Riccio.