La Basílica de los Siervos de María

Barrio y Contexto Urbano

El terzo de S. Martino

La iglesia de S. Clemente de los Siervos de María se encuentra en la parte meridional del Camino de los Peregrinos en la zona sur de Siena llamada el Terzo de S. Martino. La historia de las costrucciones que caraterizaron esta zona y en general toda Siena empieza ya a partir de siglo XIII, periodo durante el cual la ciudad estaba teniendo un gran desarrollo económico gracias a la expansión territorial hacia la actual provincia de Grosseto. Las primeras  transformaciones urbanas importantes se desarrollan en la parte norte de la ciudad con la ampliación de las estructuras defensivas y con la llegada de las primeras órdenes mendicantes. Dominicos y Franciscanos construyeron sus basílicas en posición simétrica respecto a la parte norte del Camino mientras los Agustinianos se establecieron en el antiguo núcleo de la ciudad llamado Castelvecchio. El area predicativa septentrional (fig 1) se contraponía al terzo de S. Martino, quedado sólo hasta cuando los movimientos económicos hacia la parte meridional determinaron las primeras instalaciones religiosas en esta parte también. Los Siervos de Santa María fueron los primeros que llegaron  en  1252 ocupando la iglesia de San Clemente costruida en la legendaria colina del fortín de Castel Montorio. Desde un principio la comunidad conoció un grande desarrollo,siendo la primera iglesia que se veía entrando en la ciudad  llegando de Roma. Pronto fué un punto de referimiento para la espiritualidad senesa y para la organización urbana de la parte meridional de la ciudad. Donaron a los Siervos la parroquia de Castel Montorio y de San Miguel Arcángel cercana al convento y en   1416 abrieron el espacio de la plaza destruyendo unas casas para dar relieve a la fachada de la iglesia. En los siglos siguientes la iglesia mantuvo un estilo trecentista que aún hoy le da una cierta gracia.  Su posición en uno de los sitios más bonitos de la ciudad le da la posibilidad de admirar el Palacio Público y la  Catedral. Podemos ver hoy también toda la grandeza de la Orden gracias al convento una parte ocupado por la facultad de Letras y Filosofía de la Universidad de Siena.

 

El Oratorio de la SS. Trinidad

En el crucero a la izquierda de la iglesia hay una puertecilla que une la iglesia con el oratorio de la  SS. Trinidad. La presencia del oratorio detrás del ábside de la basílica es ya conocida desde el 1499,  el origen de la compañía remonta al 1298 gracias al monje servita Francesco Patrizi, quien fundó la “Sociedad menor de la Virgen María” en la Basílica de los Siervos. En 1338 unos cofrares pensaron dedicarla a la Santísima Trinidad ya que el Papa Juan XXII había sido el primero en celebrar esta fiesta. El oratorio fué decorado por los más importantes pintores del  mil quinientos y mil seiscientos cuyas obras se hallan también en la Basílica de los Siervos. Al interior los estuques encornisan las pinturas de  Astolfo Petrazzi, de Raffaello Vanni y Giuseppe Nicola Nasini. Significativos son los frescos de las bóvedas por mano de  Ventura Salimbeni y la cruz de bronce de  Próspero Antichi llamado el  Brescianino. La Compañía esta aún hoy activa y da hospedaje a la contrada de Valdimontone, permitiendole de utilizar la iglesia como oratorio.