La Concatedral de los SS. Marziale y Alberto en Colle Val d'Elsa

Parte interna de la Concatedral

La Iglesia, es un lugar sagrado donde todo recuerda el Misterio divino.
En el portal central, la señal de Cristo ( Yo soy la puerta”, Gv 10.9) se encuentran los símbolos de la Pasiόn y el Clavo Sagrado, entrando en la iglesia, nos encontramos a los pies de una cruz latina formada con la nave y el transepto que la dividen en sentido transversal.

La nave central, es el lugar donde se reune la comunidad de creyentes para participar al rito religioso, mientras las dos naves laterales, afiancadas con capillas, son ambientes de pasaje para ir en direcciόn a el fervor de la celebraciόn: el altar mayor.
El altar mayor, posicionado en la intersecciόn de los brazos de la cruz, es el lugar donde se recuerda el sacrificio de Cristo a través del Sacramento de la Eucaristía, durante el cual se verifica nuevamente la Ultima Cena y con ella, se reproponen la Pasiόn, la Muerte, la Resurrecciόn y la Ascensiόn de Cristo.
Arriba del altar, se encuentra el maravilloso crucifijo en bronce, fundido por Pietro Tacca, bajo el modelo de Giambologna.
A la izquierda de la  iglesia, esta colocada la cátedra, sede del Obispo, mientras en la zona del ábside se encuentra el coro, donde se sentaba el clero durante las celebraciones. Estas obras fueron realizadas por el artesano Silvestro Ceramelli en 1628.
El transepto esta unido a dos capillas: a la izquierda, se encuentra la capilla del SS. Sacramento donde sobre el altar en pietras finas de manufactura florentina, se encuentra el Tabernáculo, que protege la ostia consagrada, presencia real de Cristo; a la derecha, se encuentra la capilla del Clavo
Sagrado donde viene protegida la reliquia sagrada que testimonia la Pasiόn de Cristo.
La fuente bautismal, realizada por el florentino Domenico Roselli, visible desde el altar, fue colocada al inicio en una capilla adyacente a la Concatedral y era utilizada como Bautisterio, se encontraba en la parte externa  de la Iglesia ya que es el Bautizo a señalar el ingreso en la comunidad de los creyentes.
En la nave, sostenido por columnas, Roselli realiza en 1465, el púlpito, que se utiliza para la predicación. El artista reutiliza relieves del 1300 que representan la Virgen con el niño Jesús, San Juan Bautista y San Pedro y agrega dos nuevos recuadros para las partes laterales con San Alberto y el Beato Pietro Gargalini.
En la parte superior del púlpito, una inscripción invita a los fieles a apreciar la rectitud del predicador mas que su habilidad oratoria, asi como también se encuentra el símbolo del Espíritu Santo que debe inspirar las palabras del orador.